En la calafia encontré el
amor, se reflejaba en los ojos de ambos cuando cruzaban la mirada, compartían
caricias diminutas y fugaces con las manos, hacían como que no iba nadie más en
aquel transporte público; nos ignoraban pero nos daban un espectáculo.
No fue hasta que se acercaba la parada cuando se dieron cuenta
que no iban solos, tenían que gritar
"bajan" y pagar sus respectivos 5 pesos con credencial de estudiante.
Pero no fue así como todo ocurrió. El novio al meter la mano a su bolsa del
pantalón se dio cuanta que su dinero no estaba, lo había perdido, olvidado o
quizás el destino quería que aquel paseo en la calafia fuera pagado con un
beso, uno de amor, que sería retratado con la cámara de mi celular. El novio al
darse cuenta que no tenia dinero, en su desesperación, voltió al asiento
trasero donde iba yo y pregunto:
-Muchacho, tienes 5 pesos; perdí mi feria.
A lo que yo contesté:
-Claro, pero solo traigo éste billete de 50; no traigo feria, pero
yo te lo pago.
Exactamente en ese momento recordé a toda esa gente que duda de la
existencia del amor, y para no perder mas tiempo agregué:
-Me podrías hacer un favor?
-Sí, qué?
-Podrías besarla así tal cual hace unos minutos? Me gustaría
tomarles una foto para mi blog.
Y no se si mi petición fue muy extrema, atrevida, voyerista o
simplemente no lo pronuncie muy alto porque me contestó con un:
-QUÉ?
-Que me beses.
Dijo la novia, pronunciando palabras por primera vez desde que
abordé la calafia del amor. Así pues el muchacho tomo las palabras de su novia
como una orden y la acató. Se le acerco, cerro los ojos y la beso; no fue un
beso fugaz de "piquito", tampoco lo hizo por obligación asia mi, se
tomó el tiempo necesario para disfrutarlo.
Todo paso tan rápido, era hora de pagar y bajarnos. Qué habrán
pensado los demás pasajeros de aquel transporte suburbano? No me interesa. Les
di a los novios las gracias y les dije que yo me encargaría de pagarles sus
respectivos pasajes. Se bajaron apresurados por la impaciencia del
"calafiero" mientras yo pagaba, una vez que baje de la calafia el
novio se me acercó y preguntó muy interesado:
-De qué se trata tu blog?
-De puras cosas que pasan y una que otra trivialidad.
-Y cómo lo podemos encontrar?
Tomé una pluma y les escribí el link, me dieron las gracias y
siguieron su camino hasta el Tecnológico de Otay, yo cruce la calle para tomar
otro transporte público con rumbo a la UABC, sabía que en el próximo transporte
no encontraría a el amor porque es por demás sabido que es muy raro dar con el,
se esconde; o tal vez esta en peligro de extinción porque cada día hay más
personas que no creen en el.